Hoy te revelo el mejor método para estudiar menos y recordar más. Pruébalo y notarás la diferencia.
- Antes de empezar a estudiar piensa en cómo te va a ayudar ese conocimiento. En tu vida, en tus notas de exámenes, en tu relación con otras personas, en tu trabajo, en tu salud… Trata de sacar un interés real que pueda ayudarte para despertar curiosidad.
- Antes de empezar a leer echa un vistazo por encima al capítulo. Fíjate en los títulos, subtítulos, tablas, dibujos o gráficos. Trata de tener una imagen general de lo que vas a estudiar.
- Cuando empieces a leer piensa y reflexiona sobre el significado de esas líneas. Relaciona los nuevos conceptos y términos con tu propia experiencia y cosas que ya conoces.
- ¡Cuestiónate todo lo que lees! Sobre todo cada título. Hazte algunas preguntas como estas: ¿Esto es realmente así? ¿Hay más opciones? ¿Qué escribiría yo sobre el tema? ¿Hay más formas de hacerlo? ¿La persona que lo escribe lo ha experimentado? ¿Hay estudios al respecto? Por ejemplo si un título es “Las fases de la evolución humana” puedes preguntarte: ¿cómo se sabe que la evolución existe? ¿qué fases diría yo? ¿quién define la evolución? ¿hay estudios? Ve leyendo poco a poco y buscando respuesta a tus preguntas.
- Después describe lo que lees con tus propias palabras y explícalo en alto o mentalmente como si hubiera una persona delante de ti que necesita un resumen rápido de lo que has leído en esa página. ¡Puedes escribirlo también para crear tus propios resúmenes! Puedes crear gráficos con burbujas si eres creativo o crear un listado de pasos enumerados como este.
- Si no puedes resumir las ideas principales empieza de nuevo.
Reflexiona siempre sobre lo que estás leyendo y que mientras más atención e interés genuinos tengas más aprenderás.
Y cuando termines cada capítulo revisa tus notas y explícalas en voz alta sin leerlas.
Así estarás más atento, darás un significado más personal a lo que lees y retendrás y recordarás mucho mejor la información en menos tiempo.
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